Y yo a qué me reduzco?
A una sonrisa somnolienta?
A un suspiro profundo?
A la pura contemplación de la figura del espejo?
A la limitación de robarte una palabra y guardarla?
Al atrevimiento de mirarte fijo?
A dormirme en un colchón de hojas secas?
Al grito desaforado en el desierto?
A la búsqueda del regalo diario?
Pero aparecés vos, mirés donde mirés se despeja! Siempre!
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